En Cárnicas Iruña hay gestos cotidianos que casi nunca se ven, pero que son esenciales. Uno de ellos es la limpieza y desinfección de los camiones de transporte. Puede parecer un detalle menor, pero en realidad es una pieza clave de la bioseguridad, el bienestar animal y la confianza que ofrecemos a distribuidores y carniceros.
Un trabajo invisible que protege a todos
El transporte es un punto crítico en la cadena cárnica. Los camiones recorren distintas rutas, atraviesan granjas, mataderos y centros de recogida, lo que los convierte en un posible vehículo de transmisión de enfermedades. Estudios internacionales señalan que hasta un 40 % de los brotes de enfermedades en granjas pueden estar relacionados con los vehículos si no se limpian y desinfectan correctamente.
Por eso, tras cada descarga, los camiones se someten a un proceso completo de limpieza, desinfección y secado antes de volver a usarse. Esta rutina reduce riesgos y garantiza que los animales viajen en condiciones higiénicas y seguras.
Bioseguridad en la práctica
El proceso incluye varias fases. Primero se eliminan los restos visibles de materia orgánica con agua a presión y detergente. Después se aplica un desinfectante específico, que debe mantenerse el tiempo necesario para ser eficaz. Finalmente, el vehículo se seca y se revisa visualmente para asegurarse de que no queden restos ni humedad que puedan favorecer la proliferación de bacterias.
Estos pasos, que repetimos cada día, no son un trámite: son la base de la seguridad alimentaria y la trazabilidad. Sin un transporte limpio, no hay confianza en la cadena.
Confianza que se transmite
Para nuestros clientes profesionales, estas prácticas significan seguridad en lo que venden a su vez a consumidores. Cada corte que llega al mostrador ha pasado por una cadena de cuidados invisibles que empieza en la granja, sigue en el transporte y continúa en el despiece.
Más allá de la normativa, esta limpieza habla de nuestra manera de trabajar: con rigor, con transparencia y con un compromiso real con quienes confían en nosotros.
Cuidar los detalles, garantizar la calidad
Cada vez que un camión termina su trayecto, comienza otro igual de importante: el de su limpieza y desinfección. Primero se eliminan los restos visibles, después se aplica el producto adecuado y se deja actuar, y finalmente se seca y revisa antes de ponerse en marcha de nuevo.
Son rutinas sencillas, repetidas una y otra vez, pero que marcan la diferencia. Porque detrás de cada pieza de carne de cerdo que llega al cliente hay un trabajo constante de cuidado y responsabilidad.